Historia
Prehistoria
De épocas prehistóricas, se hallaron casualmente en 1950 y 1954 unos vasos campaniformes en la finca de El Bramadero a tan solo 2 km de Fuente Palmera, encontradas en tumbas de la primera parte de la Edad de los Metales. Uno de estos recipientes apareció en magnífico estado de conservación acompañado de un puñal metálico, que hoy se exhiben en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba.
También hay noticias de los hallazgos de útiles prehistóricos en La Ventilla. De todas maneras la proximidad del antes mencionado Bramadero y de localizaciones de yacimientos en zonas colindantes, (Posadas, Palma del Río, Hornachuelos,) da pie a pensar que más bien lo que existe es una carencia de información más que una ausencia de Estaciones Prehistóricas.
Edad Moderna
La actual Colonia se fundó en 1767, bajo el reinado de Carlos III. El subdelegado de las nuevas poblaciones de Andalucía, Fernando de Quintanilla visitó lo que hoy conforma el territorio de Fuente Palmera emitiendo un informe detallado de las posibilidades que ofrecía la tierra para su colonización: «se podría colocar 300 colonos; la tierra era de buena calidad; la población se instalaría donde estaba la «fuente palmera»; se podría poner una iglesia con alguna ermita y se necesitaría un director ágil y activo por lo extenso del terreno.»
La colonia de Fuente Palmera nace como muchos otros pueblos de Andalucía en el empuje renovador del reinado de Carlos III.
En un momento de expansión de las ideas de la ilustración surge la colonización. Algunos de los factores que influyeron en ello fueron:
- La despoblación existente en ciertas zonas de Andalucía
- La inseguridad patente en los desiertos interiores en el camino Madrid-Cádiz y en el bandolerismo de la zona.
- El deseo de crear una sociedad ideal sin privilegios
- Resolver el problema agrario meridional
Se trataba del colonizar tierras deshabitadas y ponerlas en explotación, en definitiva construir una nueva sociedad que reflejase todas las ideas y conceptos desarrollados y proyectados por los reformadores ilustrados.
La colonización, hija de Thürriegel y el peruano Don Pablo de Olavide y Jáuregui, fue todo un experimento social o un ensayo de sociedad ideal. Estos colonos debían ser extranjeros para que el experimento guardara su pureza y como requisito indispensable que fueran de religión católica.
Se proyectaba construir una sociedad modélica no afectada por aspectos negativos que tenía la antigua sociedad, especialmente en el plano económico.
A finales de agosto de 1767 se había llevado a cabo la fundación efectiva de las nuevas poblaciones. Cada colonia debía contar con 15, 20 o 30 casas, pero estos hogares no siempre se encontrarían agrupados en torno a unas instalaciones comunes, sino que muchas estarían diseminadas, junto a sus suertes de labor, asignadas para que las pudieran cultivar de sol a sol, sin perder tiempo en desplazarse de la vivienda al lugar de trabajo.
El fuero de las poblaciones será el marco teórico de la construcción de una sociedad racional y progresiva. En él se reflejaran todas las medidas necesarias para proteger al colono y proporcionar su adaptación al medio. Su objetivo es realmente instaurar una sociedad sin órdenes religiosas, sin mayorazgos, manos muertas y privilegios.
El fuero de población para las nuevas poblaciones de Sierra Morena y Andalucía tuvo vigencia desde su promulgación, acaecida el 5 de julio de 1767, hasta la fecha de su derogación, llevada a cabo por la reina regente María Cristina el 5 de marzo de 1835. Conocemos que el gobierno de las colonias atravesó por altibajos con etapas de florecimiento junto a otras en las que el fuero fue casi nulo o estuvo a punto de desaparecer. Entre estas últimas, tuvo dos etapas en las que el fuero fue derogado: una durante la dominación francesa y otra durante el Trienio Constitucional.
Muchos de estos extranjeros murieron entre otras causas por inadaptación al medio, al clima y a enfermedades, como al epidemia de fiebres terciarias que acabó con más de la mitad de la población, por lo que gobierno decide un segundo planteamiento de la colonización incluyendo en esta ocasión a familias españolas que procedían principalmente de localidades cercanas, aunque también había alguna familia de Valencia, Aragón y Cataluña.
La distribución de los colonos se hizo respetando su origen, de esta manera aparecen varios núcleos de población:
En Fuente Palmera, La Cañada del Rabadán y El Villar predominan las familias españolas, en La Ventilla y La Peñalosa existía una mayoría de alemanes, mientras en Villalón y La Herrería habitaba únicamente una familia española. Por su parte, en Ochavillo del Río abundaban los franceses e italianos, y en Silillos y Fuente Carreteros predominaban los suizos e italianos. Quedaba así la tierra distribuida en pequeñas propiedades y minifundios. Aún hoy se conserva esta distribución en pequeños grupos de población.
El experimento social no tuvo los resultados más deseados y pronto aparecieron los conflictos entre los diferentes núcleos de la colonia de Fuente Palmera, las causas principales fueron las diferencias culturales y económicas.
Este malestar social se tradujo en un movimiento encabezado por Fray Romualdo de Friburgo y que terminó con la expulsión de los capuchinos alemanes que atendían espiritualmente a los colonos.
El proyecto de La Colonización y su Fuero llegan a su fin en 1835 época en la que la Santa Inquisición juzga a su principal creador, Pablo Antonio de Olavide, destituyéndolo del cargo de Superintendente.
Las características que poseían y que adoptaron estas primeras colonias fueron las causantes de una mala distribución y explotación de la tierra y del pobre desarrollo cultural de sus habitantes.
«En 1845 Fuente Palmera contaba con «314 casas de las cuales 182 construidas con ramas, y las restantes de tejas. Cuente con Pósito, Cárcel, Escuela de Primeras Letras concurrida por 41 alumnos, cuyo maestro está dotado con 1, 400 reales anuales, otra de niñas a la que concurren 30 discípulas gozando la maestra de 730 reales de dotación…
La iglesia parroquial Nuestra Señora de la Concepción está servida por un cura párroco, un teniente de cura, un sacristán, un organista y un acólito…
En el término se encuentra 10 fuentes de buenas aguas, de las que se surte el vecindario para su consumo doméstico, sirviendo además para abrevadero de los ganados…
La Correspondencia se recibe de la Carlota por un conductor pagado por el Ayuntamiento, los martes y los sábados, saliendo los mismos días.
Producción; Aceitunas, bellotas, cebada, trigo, habas y legumbres; Ganado vacuno, yeguar, asnal, cabrío y de cerda; y de caza conejo y perdices; Industria, la agrícola: dos fábricas de jabón blanco y un molino de aceite…
Población, 386 vecinos, 1.550 almas… el presupuesto municipal asciende a 13.285 reales…»
En la actualidad tenemos una estatua en bronce de Carlos III, esculpida por el cordobés José Manuel Belmonte en la rotonda del Paseo Blas Infante a la altura de la calle Garriguez Walker, esta estatua está situada sobre una fuente y un pequeño jardín.
Edad Antigua
De la Edad Antigua, cuando el Betis (el Río Guadalquivir) era navegable y las balsas el medio de comunicación entre los dos márgenes de este. Confirmado esto por el hallazgo de escorias argentífero dentro de los límites de la aldea de la Herrería.
Y en lo que hoy es el núcleo de Fuente Palmera se han encontrado vestigios y sepulturas cubiertas con gruesas losas de barro, algunos investigadores han querido ver en estos hallazgos la antigua Detumo que Plinio señalara en la orilla izquierda del Guadalquivir.
Durante esta época se dio una fuerte implantación rural que puede constatarse por los restos de villae aparecidos en los cortijos de Casa Blanca, Soto del Rey, Santa Magdalena, Molino de San José, etc. Las principales actividades económicas desarrolladas fueron las derivadas del cultivo del Olivo. Y de la producción y comercialización del aceite, como nos confirma la aparición de un centro de producción de ánforas en el cortijo de la Corregidora y en el Barranco del Picacho, donde junto con abundantes restos de ánforas, destinadas al envasado de aceite se han encontrado los hornos cerámicos donde fueron fabricadas.
Finalmente se han encontrado también restos de necrópolis y materiales que indican que alguno de estos yacimientos perduraron al menos hasta la época visigoda.
De la Edad Media existen algunos testimonios de la actividad humana durante estos siglos en las tierras de La Colonia, como monedas y utensilios. Además de vasijas.
Edad contemporánea
Entre sus funciones principales, La Colonia de Fuente Palmera como las otras nuevas poblaciones que rodeaban a Ecija, era hacer frente a las acciones de los bandoleros, es por esta razón por la que aparece con frecuencia nuestra villa en los anales del bandolerismo hasta principios del siglo XIX.
A pesar de los datos que se publican en el catastro a comienzos del siglo XX en la que nos encontramos un bajo nivel de concentración de propiedad agraria, en comparación con los pueblos vecinos, nuestra colonia no era ajena a los problemas de Bandolerismo( mencionados anteriormente) Caciquismo, conflictividad campesina e inestabilidad política municipal que estaban a la orden del día.
Durante la Época de La Restauración Fuente Palmera se incorpora a los movimientos huelguísticos que afectan cíclicamente a la provincia. En 1882- 1883, 1905 y sobre todo 1918-1920 momentos en los que se articulan organizaciones como La Razón Obrera.
Pasada la Segunda República y a comienzos de la Guerra Civil, desde el 18 de Julio hasta finales del mes de Agosto cuando entraron las fuerzas nacionalistas en el pueblo, la colonia estuvo controlada por el gobierno de la República, distinguiéndose en su defensa el popular José Bernete «El Chimeno».
En los años de la Posguerra y de la Etapa Franquista, La Colonia sufrió una gran emigración y muchos de nuestros colonos se trasladaron principalmente por cuestiones laborales a la Comunidad Catalana y Países Centro Europeos.