La Delegación de Cultura organizó el pasado sábado la presentación del libro 'Bien Aventurados. Rafa Yuste. El valor de la memoria', del autor colono, Manuel González Mestre. En el acto participó el concejal de Cultura, Quique González, y los miembros de la Asociación Cultural Ramón de Beña, Rosi Martín y Manolo Dugo.
La Casa de la Memoria acogió esta jornada, bajo las medidas de prevención frente al Covid, que registró una buena asistencia de público. Varios vecinos y vecinas también participaron recordando la figura de Rafael Yuste Moyano, uno de los tres curas jesuitas que llegó a la Colonia de Fuente Palmera a principios de la década de los 70 del siglo pasado, junto a Miguel Ángel Ibañez y Francisco López de Ahumada, conocido popularmente como Paco el cura.
En realidad, el acto fue un homenaje a estos tres hombres que dejaron una huella imborrable en muchos ciudadanos y, sobre todo, jóvenes de la Colonia, tanto en el plano cultural, social, laboral, político y religioso. Contribuyeron a despertar conciencias y forjar un pensamiento crítico en muchas personas, en unos años todavía complicados, los últimos de la dictadura.
Rafa Yuste, el protagonista de este libro, fue un hombre con una dimensión humana, una capacidad intelectual y una formación humanística fuera de lo normal. Su vida tiene mucho interés no sólo por su labor social como persona comprometida y entregada a los demás, sino también por su sinceridad y valentía para hablar de sí mismo, como cuando alude al malestar que le producía ser identificado con una institución eclesiástica con la que tenía cada vez más divergencias, o cuando se refiere a la represión del instinto sexual. A esto hay que añadir una dimensión histórica indudable, porque vivió la dictadura franquista y el periodo democrático en el que nos encontramos; y, en el ámbito de la Iglesia, la época del Concilio Vaticano II, que tantas expectativas despertó para los más desfavorecidos de la sociedad, y el paso atrás que supuso el Papado de Juan Pablo II.
El planteamiento por parte del autor, Manuel González Mestre, es muy atractivo, al alternar sus reflexiones sobre cómo escribir el libro, sus dudas sobre cómo continuar y los pensamientos que le suscita el entrevistado, con los testimonios en primera persona de éste, que se expresa con una lucidez y calidad literaria admirables.
Estas reflexiones personales le dan un punto de originalidad y equilibrio al libro, alejándose de una biografía al uso. De hecho, a medida que se acerca el final y el autor toma la palabra, el interés de los lectores se incrementa, como cuando cuenta quién es y cómo personas, como Rafael Yuste, le inculcaron valores éticos para la vida. Se produce una comunión esperada y necesaria entre el protagonista de la historia y la persona que está escribiéndola.
